Concurso necesario frente a voluntario: Consecuencias para la gestión empresarial

01/10/2024

Diferencias entre el concurso de acreedores voluntario y necesario

El concurso de acreedores es un proceso legal que se activa cuando una persona o entidad no puede cumplir con sus obligaciones financieras, encontrándose en insolvencia. Este procedimiento tiene como objetivo principal liquidar los activos del deudor para saldar deudas, evitando la quiebra total y permitiendo la reestructuración de las obligaciones. Regido por el Real Decreto Legislativo 1/2020, este proceso puede ser solicitado por cualquier acreedor ante un juzgado de lo Mercantil, así como por el propio deudor o socios responsables. Encontramos dos tipos de concurso: necesario y voluntario.

¿Qué distingue el concurso voluntario del necesario?

La distinción entre concurso voluntario y necesario radica en quién solicita la apertura del procedimiento. En el caso del concurso voluntario, es el deudor quien toma la iniciativa para solicitar la declaración de insolvencia, mientras que en el concurso necesario, la solicitud es presentada por uno o varios acreedores. Esta diferencia es fundamental, ya que afecta no solo el inicio del procedimiento, sino también la gestión y las decisiones que se toman a lo largo del mismo.

Requisitos para la insolvencia

La insolvencia se debe demostrar mediante situaciones específicas establecidas en la Ley Concursal, que incluyen declaraciones judiciales previas, embargos y falta de pago de obligaciones tributarias. Estas condiciones son esenciales para validar la solicitud de concurso y determinar la viabilidad del mismo. Estos son los requisitos que exige la Ley Concursal:

1.º La existencia de una previa declaración judicial o administrativa de insolvencia del deudor, siempre que sea firme.

2.º La existencia de un título por el cual se haya despachado mandamiento de ejecución o apremio sin que del embargo hubieran resultado bienes libres conocidos bastantes para el pago.

3.º La existencia de embargos por ejecuciones en curso que afecten de una manera general al patrimonio del deudor.

4.º El sobreseimiento generalizado en el pago corriente de las obligaciones del deudor.

5.º El sobreseimiento generalizado en el pago de las obligaciones tributarias exigibles durante los tres meses anteriores a la solicitud de concurso; el de las cuotas de la seguridad social y demás conceptos de recaudación conjunta durante el mismo período, o el de los salarios e indemnizaciones a los trabajadores y demás retribuciones derivadas de las relaciones de trabajo correspondientes a las tres últimas mensualidades.

6.º El alzamiento o la liquidación apresurada o ruinosa de sus bienes por el deudor.

En resumen, el concurso de acreedores es un mecanismo para gestionar la insolvencia y proteger tanto al deudor como a los acreedores, permitiendo una solución ordenada a las dificultades financieras que enfrentan las entidades o personas en situación de insolvencia.

¿Cuáles son las características del concurso voluntario?

En el ámbito del derecho concursal, es fundamental comprender las particularidades del concurso voluntario. Este procedimiento se inicia cuando el deudor presenta la solicitud de apertura, lo cual se convierte en una obligación legal en caso de insolvencia. A continuación, se detallan los aspectos más relevantes de este proceso.

Plazo para la solicitud

El deudor dispone de un plazo de dos meses desde que toma conocimiento de su situación financiera para presentar la solicitud de concurso. En situaciones donde se prevé una insolvencia inminente, el deudor tiene la facultad de iniciar el procedimiento sin la obligación de esperar dicho plazo. Para ello, es imperativo que presente una serie de documentos que reflejen su situación económica, incluyendo un inventario de bienes y derechos y una lista detallada de acreedores.

Ventajas del concurso voluntario

Una de las principales ventajas de este tipo de concurso radica en que el deudor conserva el control sobre sus bienes, aunque esto se realiza bajo la supervisión de la administración concursal. Esta supervisión permite al deudor negociar quitas y esperas, facilitando así la reestructuración de su deuda. Este control es crucial para la viabilidad financiera del deudor durante el proceso concursal.

Consecuencias de no solicitar a tiempo

Es importante destacar que si el deudor no solicita el concurso dentro del plazo establecido, se presumirá un concurso culpable. Esta presunción puede acarrear graves consecuencias, incluyendo la posibilidad de que el deudor asuma responsabilidad personal por las deudas acumuladas. Por lo tanto, es esencial actuar con diligencia y presentar la solicitud en el tiempo adecuado para evitar repercusiones negativas en su situación financiera.

¿Cuáles son las implicaciones del concurso necesario?

En el ámbito del derecho concursal, el concurso necesario se activa mediante la solicitud de un acreedor, socio o miembro responsable que demanda la apertura del procedimiento correspondiente. Este mecanismo se considera necesario si, en un periodo de tres meses previo a la solicitud del deudor, se ha presentado otra solicitud que haya sido admitida a trámite. Este aspecto es fundamental para entender la naturaleza del concurso y sus efectos.

Documentación y medidas

El acreedor que inicia el procedimiento de concurso debe presentar la documentación pertinente que acredite su crédito contra el deudor. Además, tiene la facultad de solicitar medidas cautelares que protejan el patrimonio del deudor. Esta acción es relevante, ya que asegura que los activos del deudor no sean dilapidados o mal administrados durante el proceso concursal.

Consecuencias para el deudor

Una de las consecuencias más significativas del concurso necesario es que el deudor pierde el control sobre sus bienes. Estos serán administrados por la administración concursal, lo que puede resultar en desventajas considerables para el deudor. La pérdida de control sobre el patrimonio implica que el deudor no podrá gestionar sus activos de manera autónoma, lo que puede afectar su capacidad para operar y cumplir con sus obligaciones financieras.

Riesgos de calificación culpable

Adicionalmente, es importante señalar que si el deudor no cumple con las obligaciones legales establecidas durante el proceso, el concurso podría ser calificado como culpable. Esta calificación conlleva responsabilidades adicionales que pueden agravar la situación financiera del deudor, afectando no solo su reputación, sino también su capacidad para reestructurar sus deudas y recuperar la estabilidad económica.

Reformas recientes en la Ley Concursal

En los últimos años, se han producido cambios significativos en la Ley Concursal, que han impactado tanto a las empresas como a los deudores. Estas reformas buscan modernizar y optimizar los procesos de insolvencia y reestructuración, adaptándose a las necesidades del contexto económico actual.

En 2022, se produjo la reforma de la Ley Concursal realizada por la Ley 16/2022, de 5 de septiembre. Estos son los puntos más destacados de la modificación:

  • Se crean los Planes de Reestructuración. Permite que las empresas que se encuentren con dificultades financieras puedan acceder a un sistema preventivo. Cuando exista posibilidad de una insolvencia inminente, podrán acudir para resolver el problema sin tener que adentrarse en un concurso de acreedores. Sustituye a los sistemas de refinanciación.

  • Las microempresas se benefician de los procedimientos de insolvencia únicos, realizados de manera telemática, permite ahorrar tiempo tanto a deudores como a acreedores.

  • Reforma del procedimiento de segunda oportunidad. Presenta novedades que permiten al deudor exonerarse de las deudas e impulsar a continuar su actividad empresarial.

  • Procedimiento concursal más ágil y eficaz, mediante la sustitución de la junta de acreedores por un trámite escrito y la introducción de una reducción de retribución para la administración concursal si no resulta eficiente.

Por otro lado, en 2023 también se introdujeron reformas en la Ley Concursal, a partir del Real Decreto-ley 5/2023, de 28 de junio. Dicha norma introduce el nuevo régimen de modificaciones estructurales para sociedades mercantiles, adaptando la normativa española a la Directiva (UE) 2019/2121 sobre transformaciones, fusiones y escisiones transfronterizas. Este régimen establece medidas de protección para los acreedores, como el derecho a garantías adecuadas y la posibilidad de formular observaciones a los proyectos de modificación estructural. Además, se prioriza el derecho concursal sobre el societario en casos de concurso o reestructuración. El decreto también modifica varios artículos de la Ley Concursal para integrar las modificaciones estructurales, incluyendo ajustes terminológicos y la limitación de ciertos derechos de los acreedores en convenios y planes de reestructuración. Los artículos modificados en la Ley Concursal son los siguientes:

    • Art. 317.3 y 317 bis:
      • Actualización terminológica para incluir la "modificación estructural".
      • Inclusión expresa de la transformación de la sociedad.
      • Prohibición de que la modificación estructural resulte en un patrimonio neto negativo.
    • Art. 399 ter:
      • Aclaración: los acreedores concursales no tendrán derechos de tutela individual frente a modificaciones estructurales.
    • Art. 631 (planes de reestructuración):
      • Exclusión de los derechos de oposición de los acreedores afectados por modificaciones estructurales.